Todas las mañanas sentimos una larguísima sucesión de reacciones nucleares en cadena, que nos hace sentir que ya es de día. Es el sol, que reinicia su proceso de irradiación de la zona del planeta en la que vivimos. Las moléculas de hidrógeno en plena fusión termonuclear desprenden tal cantidad de energía, que en tan sólo un segundo desprende 760.000 veces la energía que se produce en todo un año a nivel mundial.
Aún con lo espeluznante de estas cifras, seguimos empecinados en querer exponernos a esta radiación para lucir un bronceado que culturalmente asociamos a salud, bienestar, ..., cuando realmente debería ser todo lo contrario.
El oscurecimiento de la piel por la exposición a las radiaciones, no es otra cosa que un mecanismo de defensa del cuerpo ante una agresión a la piel. Por lo que deberíamos deducir que el bronceado es un signo de haber sido atacado por las radiaciones de las reacciones termonucleares que se han producido en el sol y, por tanto, una muestra de que nuestro organismo no está en su mejor momento. Pero no es así.
Por ello, y dado que en el fondo, a todos nos gusta estar un poco bronceados, seamos realistas y, por lo menos, hagamos que sea lo menos inseguro posible, siguiendo esta serie de consejos generales y de fácil cumplimiento:
- Evitemos exponernos voluntariamente al sol en las horas centrales del día, que son de 12:00 a 18:00.
- Apliquémonos las cremas, geles y lociones de protección solar media hora antes de exponernos al sol, es decir, en casa, antes de salir.
- Renovemos la aplicación cada 90 a 120 minutos y cada vez que nos bañemos.
- Vigilemos a aquellos que tienen más propensión a descuidarse: amigos despistados, familiares ancianos, niños pequeños, ...
- Bebamos agua o líquidos para evitar deshidratarnos.
- Protejamos nuestras cabezas con un sombrero o gorra con visera, los ojos con gafas adecuadas y los labios con protector labial.
Y por supuesto evitar algunas costumbres que he visto en piscinas y playas:
- NO pulverizarse agua mientras se está expuesto al sol.
- NO echarse perfumes ni colonias con alcohol que contengan esencias vegetales.
- NO elegir el fotoprotector más bajo del fototipo que nos corresponde.
- NO dejar de usar el fotoprotector porque esté nublado.
- NO tumbarse al sol y mantenerse inmóvil durante horas, es menos malo moverse.
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